Mientras que las plantas contienen la mayor biomasa (kilos de materia viva) del mundo, por su parte, los insectos presentan el mayor número de especies animales. De este modo, comprender la interacción entre plantas e insectos tiene consecuencias importantes sobre el bienestar humano, tanto por los servicios ambientales "gratuitos" que nos provee la naturaleza (como oxígeno y agua pura) como por aquellos con valor de mercado (como productos agrícolas y forestales). En particular, estudio la interacción entre plantas e insectos herbívoros (tradicionalmente considerados "pestes "o "insectos dañinos") y la interacción entre plantas e insectos polinizadores (tradicionalmente considerados "insectos benéficos") en paisajes agrícolas y forestales. En este sentido mis trabajos en Agroecología se concentran en comprender cómo desarrollar sistemas agrícolas y forestales productivos sin destruir el medioambiente. Más aún, mis trabajos analizan cómo medioambientes saludables, por ejemplo evaluados a través de la biodiversidad de insectos polinizadores, pueden potenciar la producción primaria (Intensificación Ecológica). De este modo busco sinergias entre los capitales naturales y antropogénicos para lograr un desarrollo sostenible. Mis investigaciones presentan un fuerte énfasis en comprender estos aspectos a partir de modelos bio-económicos estimados estadísticamente, incluyendo trabajos de campo en distintas regiones claves de Argentina y en más de 20 países del mundo. También he utilizado este marco conceptual para estudiar la interacción entre plantas y hongos.